Conversaciones con Dios

Han proyectado el papel de padre en Dios...
y así crearon un dios que juzga, y recompensa o castiga.

Han creado alrededor del amor una realidad basada en el miedo.

Y esta realidad basada en el miedo domina su experiencia del amor.

En realidad, la crea.

¿Es miedo lo que necesitas para ser, hacer y tener...lo que es intrínsecamente bueno?

¿Deben amenazarte para que seas bueno?

¿Y qué es ser bueno?

¿A quién le toca decidir eso?

Te diré esto: Tú haces tus propias reglas.

Tú estableces las pautas.

El amor es lo único que hay.

Sí, ya lo has oído. En realidad, lo puse en una etiqueta de parachoques.

Pero en épocas de dificultades, preocupaciones, dudas o temor...tú decides olvidar.

Lo que deberías hacer es responder la pregunta sencilla: ¿qué haría ahora el amor?

Vivir tu vida sin expectativa alguna...sin la necesidad de resultados específicos...es tener libertad.

Recuerda: Constantemente te estás creando.

En todo momento, decides quién y qué eres.

Lo haces principalmente a través de las decisiones que tomas...en lo que toca a quién y qué te despierta una pasión.

Confieso que estoy preocupado de lo que dirán...cuando les diga que tengo una conversación contigo.

La preocupación es la actividad de una mente...que no entiende su conexión conmigo.

¿Recuerdas la pregunta?

¿Qué haría ahora el amor?

- Claro.

- Responde esa pregunta, Neale...y estaré ahí, siempre, en todo sentido.

El sufrimiento no tiene nada que ver con los sucesos...sino con nuestra reacción a ellos.

Lo que sucede es simplemente lo que sucede.

- Lo que sentimos es otra cuestión.

- Quiero recuperar mi vida.

- No puedes tener todo lo que quieres.

- ¿Cómo dices?

¿Qué no entendiste?

- Dijiste que no puedo tenerlo todo.

- Así es.

- ¿Qué?

- No puedes tener todo lo que quieres.

- ¿No puedo tenerlo todo?

- Correcto.

- Eso no tiene sentido.

- Claro que sí.

Lo pides porque te hace falta...y decir que deseas algo sólo produce esa experiencia...

- el desear... en tu realidad.

- Sí.

Por lo tanto, ¿debería castigarte...por tomar una decisión que yo puse ante ti?

Es una pregunta que debes hacerte...antes de asignarme el papel de un dios que condena.

Me has suplicado sin parar que me aparezca.

Que me explique.

Que me ponga de manifiesto.

Lo hago aquí en términos tan sencillos...que no puedes entender mal.

Aquí estoy.

Justo aquí.

Ahora mismo.

Éste es el momento para que vayas a tu espacio divino, más que nunca.

Te dará una gran serenidad.

Y de la serenidad emanan las grandes ideas.

Ideas que podrían ser soluciones...a los problemas más graves que imaginas que tienes.

¿El problema es demasiado grave como para que yo lo resuelva?

¿Salir de este lío es tal milagro que no podré lidiar con ello?

Entiendo que creas que tú no puedes lidiar con ello...incluso con todas las herramientas que te di.

Pero ¿crees realmente que es demasiado grave para mí?

A veces me frustras terriblemente.

Lo consideraría algo bueno.

¿Se supone que es gracioso?

¿Quién crees que inventó el humor?

Salud.

No sé qué quieres de mí.

Te equivocas con respecto a mí. Y también te equivocas con respecto a ti.

No quiero nada de ti más que tu felicidad.

Te consideras por debajo de mí, pero la verdad es que todos somos uno.

No hay separación.

Yo quiero para ti lo que tú quieres para ti, ni más ni menos.

No me preocupa tu éxito mundano.

Sólo a ti te preocupa.

No debes preocuparte con ganarte la vida.

Los maestros son los que decidieron hacer una vida y no ganarse la vida.

Adelante. Haz aquello que realmente adores.

No hagas nada más.

Tienes muy poco tiempo.

¿Cómo se te ocurre desperdiciar un momento...

ganándote la vida haciendo algo que no te gusta hacer?

Eso no es vivir.

Eso es morir.


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